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domingo, 5 de septiembre de 2010

Estructura ideológica-cultural: La Alemania Nazi: La segunda guerra mundial.


La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado más grande y sangriento de la historia mundial, en el que se enfrentaron las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945. Fuerzas armadas de más de setenta países participaron en combates aéreos, navales y terrestres. Por efecto de la guerra murió alrededor del 2% de la población mundial de la época (unos 60 millones de personas), en su mayor parte civiles. Como conflicto mundial comenzó el 1 de septiembre de 1939 (si bien algunos historiadores argumentan que en su frente asiático se declaró el 7 de julio de 1937) para acabar oficialmente el 2 de septiembre de 1945.

La Segunda Guerra Mundial recibió el nombre de “Guerra Patria” porque entró en cada casa y afectó a toda la población del país. No hubo ni una familia que no hubiera perdido a alguien, o tuviera heridos o desaparecidos. Los enormes territorios  del país fueron ocupados, destruyeron miles de ciudades y aldeas y monumentos inestimables de cultura y arte.

La Segunda Guerra Mundial y la Gran Guerra Patria se distinguieron de todos los conflictos bélicos anteriores por el gran nivel de recursos humanos, militares y económicos que involucraron. Estas guerras de "nueva generación" fueron producto del inédito progreso técnico: se crearon y lanzaron en serie  nuevos tipos de armas de destrucción masiva. Por otro lado, aumentó el nivel de participación de los soldados en las hostilidades. Estos fueron prácticamente condenados a ser "carne de cañón",  lo que en diferentes ejércitos quedaba de manifiesto en mayor o menor medida dependiendo de la situación, ideología y a veces incluso de la opinión de cada jefe militar. El soldado servía para “activar” las armas y su tarea principal era hacer un uso más eficaz de ellas.

Fue precisamente por este motivo que hubo muchos ejemplos de valentía y heroísmo, principalmente de los soldados soviéticos, que ahora se consideran actos ilógicos por parte de  investigadores contemporáneos occidentales o rusos.

Las muestras de heroísmo en esas épocas reflejan muy bien el conflicto originado por las exigencias técnicas y geopolíticas y el rol "auxiliar" del soldado. En la cotidianeidad de la guerra, el soldado se consideraba un guerrero, según nociones arraigadas en la tradición.

Si al principio del siglo pasado en los conflictos bélicos participaban sólo las fuerzas terrestres y marinas, en la Segunda Guerra Mundial intervinieron también las aéreas y las submarinas. El uso de aviones y tanques fue masivo y adquirió un papel decisivo. Esto fue posible gracias al desarrollo vertiginoso del complejo industrial-militar de las potencias capitalistas más importantes y también de la URSS. En cierta etapa, prácticamente toda la economía de los países beligerantes fue orientada para satisfacer las necesidades de la guerra.

En la década de 1920, entró en los anales de la Historia como la época de la carrera armamentista, competencia que cobró especial fuerza en los países que posteriormente se unieron en la lucha contra el comunismo: Alemania, Japón e Italia. En época de paz las fuerzas armadas se incrementaron considerablemente, se modernizaron y perfeccionaron todos los tipos de armamento, se crearon nuevos tanques, aviones y armas. En algunos países las fuerzas aéreas formaron un cuerpo del ejército aparte.

Ya en aquel entonces, se hizo evidente que el resultado de la próxima guerra dependería del nivel de mecanización y motorización del ejército; que la siguiente sería una “guerra de motores”. Aún así, el ejército y la proporción de sus subdivisiones era determinada por los jefes militares del país. Así, la estrategia alemana de "guerra relámpago" se compuso de ataques masivos de tanques, apoyados por las fuerzas aéreas, que se adentraban en las defensas enemigas, tras lo cual entraban los autos. La infantería tenía que bloquear, eliminar al enemigo sitiado y mantener la defensa en posiciones secundarias.

Ya antes de la guerra, Alemania creó una estructura de organización correspondiente: un cuerpo de carros de combate mixto que incluía un par de divisiones de tanques y unidades motorizadas y de infantería. La doctrina militar soviética partía de que la victoria se aseguraba sólo con la ofensiva. De acuerdo con las propuestas del Comisario del Pueblo para la Defensa, Voroshílov, las tropas se preparaban para combatir sin grandes pérdidas y víctimas, trasladando las hostilidades hacia el territorio del enemigo. Por lo visto, los jefes soviéticos esperaron durante un tiempo relativamente largo a que, en caso de un ataque de los países capitalistas a la URSS, los trabajadores de esos países saldrían en defensa del Estado socialista intentando, como aseguró Stalin en 1934, “atacar en la retaguardia a sus opresores que habían empezado una guerra criminal contra la patria de la clase obrera de todos los países”.

Con el paso del tiempo estas esperanzas se derretían, pero en el XVIII Congreso del Partido Comunista de 1939, Stalin habló de que la URSS podía contar con el “apoyo moral de los trabajadores de todos los países”. La estrategia de una guerra ofensiva no favoreció al Ejército Soviético, que en muchos aspectos no estaba preparado para una guerra defensiva y para las masivas pérdidas de los primeros días del conflicto.

Efectivamente, Alemania y la URSS creaban sus maquinarias bélicas paralelamente: la URSS lo hizo desde la década de los 20 (el programa de creación de las fuerzas armadas soviéticas fue perfilado con mayor precisión en el decreto del Comité Central del Partido Comunista “Del estado de la defensa de la URSS”, que data del 15 de julio de 1929), y Alemania lo hizo con la llegada de Hitler al poder, en 1933. Para el momento del choque de estas maquinarias bélicas, los equipos y personal militares eran casi iguales en ambos ejércitos.

Mientras tanto, Alemania contaba con una exitosa experiencia en guerras, poseía cohesión, un alto entrenamiento del personal y el efecto sorpresa; la URSS, según parecía al principio, prácticamente no tenía cartas fuertes con que jugar excepto su superficie inabarcable, el “General Frío” (el invierno ruso) y la falta de carreteras. No obstante, con el tiempo la supremacía bélica e industrial de la URSS se hacía más y más evidente, tanto para el enemigo como para los aliados. Hasta hoy en día, se escuchan las opiniones de que la URSS ganó la guerra sólo gracias a las increíbles pérdidas humanas, la ayuda militar de los aliados y una serie de coincidencias circunstanciales favorables, tales como el invierno extremadamente frío entre 1941–1942.

A pesar de todos estos factores, el hecho es que precisamente el Frente Oriental resultó ser el talón de Aquiles para Alemania. Fue la URSS la que detuvo a la imparable maquinaria bélica nazi,la que eliminó más soldados y municiones alemanes que todos los demás aliados juntos; estos hechos no pueden más que hablar por sí mismos. No fue sólo una victoria de una parte beligerante sobre la otra, fue la victoria del complejo industrial-militar que creó el tanque T-34, el avión Il-2, el lanzacohetes Katiusha y otras armas; una victoria del arte de la guerra.





Estados Unidos ingresa activamente en la Segunda Guerra:

La ofensiva alemana fue resistida en Moscú durante el crudo invierno de 1941. Hitler decidió ocupar Ucrania y, en 1942, llegó hasta Stalingrado. Pero los soviéticos, con una fuerte ayuda económica de Estados Unidos, rompieron el cerco de Moscú y lograron recuperar las tierras de Ucrania. Tras estos éxitos, liberaron los países del este europeo y, el 2 de mayo de 1945, sus tropas llegaron a Berlín.

En el frente occidental, los aliados contraatacaron en el norte de Africa, y la ofensiva de Rommel en su avance hacia el canal de Suez fue frenada en El Alamein (octubre de 1942). Los aliados liberaron Túnez y luego ocuparon todo el territorio italiano (septiembre de 1943). En junio de 1944 desembarcaron en Normandía, hecho que provocó la liberación de París, lo que había sido previsto en la conferencia de Teherán por Churchill, Roosevelt y Stalin. A esto se añadió un nuevo desembarco francoamericano en Provenza, que dio lugar a la liberación de Tolón, Marsella y la región del Ródano, hasta la frontera con Alemania. Estos desembarcos motivaron la rendición de los alemanes el 8 de mayo de 1945.


Frentes de guerra:

A partir de 1942 la guerra se desarrolló en tres frentes: África, Rusia y el Pacífico. En el norte de África, el mariscal alemán Rommel fue derrotado por el ingles Montgomery en la batalla de El Alamein, que puso de manifiesto la debilidad alemana en el suministro de armas y combustibles en los frentes alejados de Alemania. 


Mientras tanto, en el Oriente, Japón intentaba limitar el dominio de China apoderándose del sudeste asiático. Como querían imponerse a la superioridad naval de Estados Unidos, los japoneses atacaron sorpresivamente a la flota estadounidense (Peal Harbor, diciembre de 1941), hecho que determinó la entrada definitiva de Estados Unidos en la contienda.


Las grandes batallas:

En Rusia, la batalla de Stalingrado se saldó con un desastre total para Alemania, que sufrió grandes pérdidas en hombres y pertrechos, así como en su prestigio militar.


En el pacífico, las batallas del mar del Coral y de Midway acabaron en la derrota japonesa, al igual que la de Guatemala, a pesar de la encarnizada resistencia nipona. Los portaaviones tuvieron un papel decisivo en la guerra del Pacífico.

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